Estar rodeado de familiares y amigos en tu gran día es algo muy importante para ti, pero a veces la presión puede ser muy fuerte, y el tener damas de honor puede ser algo que no te cause curiosidad ¿y sabes qué? eso es perfectamente normal. Te decimos porqué:
Prefieres hacer las cosas sola
Conoces muy bien tu propio estilo y saber que será mucho más confuso y estresante tener a tus amigas dando distintas opiniones a previas semanas de tu boda ¿te hará sentir bien? ¡Obviamente no!
No te sientas presionada a tener damas de honor solo para “ayudarte” con los detalles, si te sientes mejor haciendo las cosas sola ¡adelante!
Elegir entre amigas
¡Esto puede ser un desafío! Tener varias amigas es muy bueno, pero en algún momento tienes que asignar quién sí y quién no, o tener solo una dama y un padrino, o solo incluir a tus hermanas. Lo más importante es no caer en la trampa de la culpa de creer que decepcionas a la gente, este es tu día y tú decides qué te es más cómodo.
El aspecto financiero
La mayor parte del tiempo, las damas de honor pagan por su propio vestido y peinado, pero no debemos olvidarnos de los ramos, los regalos, etc. Si prefieres asignar ese presupuesto a otra cosa ¡está bien! Recuerda que podrás celebrar con las mismas amigas sin importar si son “damas de honor”.
Cerca y lejos
Es posible que tus amigas más cercanas no estén en la ciudad, si te reúnes con ellas días previos a tus tareas de boda puede que te sientas bombardeada con ponerlas a tanto de lo que tienen que hacer, preferirías pasar tiempo de calidad con ellas.
Si no te sientes bien o no te interesa del todo tener damas de honor, no hay razón para forzarte, es tú día.